Qué es la adaptación en biología, tipos y ejemplos

La adaptación es un proceso que sucede cuando un organismo cambia ciertos rasgos que le dan una ventaja en su entorno, frente a otros organismos. Estos rasgos pueden ser de diferentes caracteres, que pueden ser internos, externos, o incluso de cómo se comportan. La adaptación sucede a través de la selección natural, que es el proceso por el que se eligen a aquellos organismos que tienen más capacidades para sobrevivir. Se le llama selección, porque se "selecciona" a un organismo sobre otro.

Estos procesos no se harán de la noche a la mañana, sino que sucede a lo largo del tiempo, incluso en millones de años. De igual forma, los caracteres que se obtienen durante la adaptación serán heredados a la nueva descendencia. Es importante mencionar que no solamente ocurre en animales, sino en plantas también, así como en hongos, y cualquier grupo de seres vivos.

Como mencionábamos anteriormente, existen diferentes tipos de adaptación. Estas son:

• Adaptación fisiológica: este tipo de adaptación sucede a nivel interno de los organismos. Los órganos cambian en su forma de funcionar, haciendo más eficientes ciertos sistemas del cuerpo del organismo en cuestión.
• Adaptación morfológica: son los cambios en estructuras de los organismos, como puede ser en las extremidades, la posición de los órganos sensoriales, o incluso en el color del cuerpo.
• Adaptación conductual: se refiere al cambio en el comportamiento de los organismos, que puede ser por ejemplo en la conducta sexual, de caza, o en cómo sobrepasan las temporadas adversas como los inviernos.

Adaptaciones biológicas al calor extremo

Es común que existan adaptaciones similares entre diferentes grupos de animales, y esto responde a los factores externos que son comunes a todos quienes habitan en el lugar. Podemos observar esto en animales que viven en zonas cálidas. Algunas de las adaptaciones al calor son:

• Orejas grandes: el agrandamiento de los apéndices ayuda a que los animales se enfríen. Podemos observar esto en las orejas de los fennecs (Vulpes cerda) o en los aardvarks (Orycteropus afer) que viven en el desierto del Sahara.
• Hábitos nocturnos: para evitar el apabullante calor, muchos animales han invertido su reloj biológico para estar más activos cuando menos calor hace, que es en la noche. Esto conlleva otras adaptaciones además de las de tipo conductual, pues tiene que desarrollar una visión nocturna para poder desplazarse. Ejemplo de esto es la zorrita del desierto (Vulpes macrotis).

Adaptaciones biológicas al frío extremo

El frío podría parecer inhabitable, pero hay animales excepcionales que han logrado adaptarse a la falta de sol e incluso a la poca disponibilidad de alimento. Algunas adaptaciones de estos animales son:

• Coloración: los animales que viven en la nieve suelen ser blancos para mimetizarse con el entorno. Tenemos dentro de ellos por ejemplo al oso polar (Ursus maritimus), la liebre ártica (Lepus arcticus), o el zorro ártico (Vulpes lagopus).
• Tamaño: los animales de frío tienden a ser más grandes que los de su misma especie que habitan en zonas cálidas, porque así pueden perder menos calor.

Adaptaciones biológicas al medio acuático

Los animales acuáticos son muy diferentes a los terrestres, pues se desempeñan en otro medio de condiciones completamente opuestas. Revisemos algunas de sus adaptaciones:

• Coloración: los animales marinos suelen tener una coloración similar entre ellos. Son oscuros por la espalda, y de color claro por el abdomen. Esta es una adaptación sumamente eficiente que les permite confundirse con el entorno según desde donde se les vea. Si se les ve desde el cielo hacia abajo, lo oscuro de su espalda se confunde con lo oscuro del océano. Pero si, por el contrario, se les ve desde abajo hacia arriba, el abdomen blanco pasará desapercibido con la luz del sol. Algunos animales con este tipo de adaptación son las orcas (Orcinus orca), los pingüinos, o incluso los atunes.
• Aletas: los cetáceos son animales mamíferos que de la tierra pasaron al mar, por encontrar más ventajas y recursos en este medio. Son un gran ejemplo de adaptación biológica, porque podemos ver claramente los caracteres que desarrollaron para prosperar en el medio acuático. Un ejemplo son las aletas, que si las analizamos por dentro, podemos ver claramente los huesos de cada dedo, pero que están rodeados ahora por piel. Realmente se trata de una mano mamífera adaptada para servir como aleta.

Adaptaciones biológicas a la falta de luz

No todos los hábitats tienen la misma cantidad de luz, e incluso podemos encontrar algunos organismos que viven en su total ausencia. Adaptaciones de este tipo son:

• Fenestración: este es un fenómeno que se presenta en ciertas plantas, que tienen hojas con orificios o rasgaduras. Este es el caso de la Monstera, o costilla de Adán. Son nativas de espesas selvas donde los niveles más cercanos al suelo están rodeadas por altas plantas que no permiten el paso de la luz. Para resolver esto, las monsteras tienen orificios en sus hojas para que la poca luz que cae sobre ellas, pueda llegar a las hojas que están más abajo.
• Pérdida de ojos: hay animales que no necesitan ojos para ver porque la oscuridad es tal que prácticamente no los necesitan. La pérdida también es una adaptación, porque dejan de usar energía para mantener algo inútil. Ejemplo de esto son los animales de cuevas, como el pez ciego de las cavernas (Astyanax mexicanus), o la serpiente ciega mexicana (Anomalepis mexicana).

Las adaptaciones de los seres vivos son importantes porque les dan ventajas sobre otros organismos vivos, permitiendo a la especie subsistir. Por otro lado, la adaptación también permite que haya variabilidad. Esto da pie a que diferentes ecosistemas puedan ser habitables. Si no hubiera animales adaptados al frío, no existiría vida en esos lugares y habría ineficiencia en todo el sistema. A su vez, esto permite que haya un excelente aprovechamiento de recursos, donde nada sobra, nada se desperdicia, y todo tiene un propósito.

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