Foca monje del Mediterráneo o Monachus monachus

• La foca monje es un animal marino pinnípedo, es decir un mamífero que se ha adaptado a la vida acuática.
• Hembras y machos son casi del mismo tamaño, pues miden hasta 270 centímetros de largo y llegan a pesar entre 220 y 360 kg.
• Son de color gris, marrón oscuro o negro.
• Cuentan con un grueso cuerpo y robusto.
• Su cabeza es redondeada y su hocico es aplanado, pero le sobresalen grandes labios con bigotes.
• Tienen una mancha irregular de color claro en la zona ventral inferior.
• Sus patas son cortas y anchas. Cuando se pone de pie, su cuerpo muestra numerosos pliegues, especialmente en el cuello y en la cabeza. De ahí es que recibe su nombre, al parecerse a los monjes franciscanos.

Es un animal tímido, no suele convivir con el ser humano y con el paso del tiempo ha pasado de formar grandes congregaciones sociales a otras muy pequeñas, con sus congéneres. En ocasiones las focas jóvenes se aventuran por mares que no son los que acostumbran su congregación, pero sólo lo hacen por algunos días y luego vuelven a la sede su población. No son agresivas, sobre todo si no han sido atacadas previamente; de otra forma responderán violentamente a lo que consideren como un ataque que los ponga en peligro.

Como su nombre lo indica, solía vivir de manera abundante en el Mediterráneo. Como ha sido cazada sin cesar, su hábitat se ha modificado y en el Mediterráneo ya no se le encuentra tan fácilmente como antes.

La distribución de la foca monje del Mediterráneo se ha limitado mucho en los últimos lustros. Hace años vivían en todo el mundo y actualmente se han limitado a ciertas áreas de Turquía, Madeira, Grecia, Italia y Mauritania, en donde viven en pequeñas concentraciones. Una de las grandes poblaciones aún se puede ver en la Península de Cabo Blanco, que queda entre Mauritania y el Sahara Occidental.

La foca monje del Mediterráneo en España ha desaparecido a causa de la caza indiscriminada y sólo muy de vez en cuando se llega a ver un ejemplar joven vagando por los mares de España.

La foca monje del Mediterráneo suele comer peces y cefalópodos, es decir, pulpos, sepias, nautilus y calamares. No acostumbra cazar de noche, como la mayor parte de los animales marinos, más bien lo hace a la luz del día para evitar depredadores. Se acerca al agua en busca de peces que sean visibles, y también ha aprendido a identificar que las redes de los pescadores contienen peces que le sirven de alimento, así que no teme a cercarse a ellas y llevarse comida, con el riesgo de enredarse.

La foca monje copula bajo el mar y tienden a ser polígamas, es decir, a tener varias y diferentes parejas. Se reproducen durante casi todo el año, con preferencia en los meses del verano y del otoño. La gestación de la cría tarda entre nueve y diez meses y nace sólo una cría por vez. De recién nacidas, las focas monjes son muy grandes pues llegan a pesar hasta 22 kg y a medir casi 1 metro de largo. Toman abundante leche de su madre durante 100 o 150 días, para poder acumular sus propias reservas de grasa y luego van haciendo el destete poco a poco.

La foca monje del Mediterráneo en peligro de extinción es una realidad. Cada año hay menos ejemplares y sus tradicionales hábitats naturales ya no albergan más focas.

La principal amenaza de la foca monje continúa siendo la caza para vender su piel, su grasa y su carne. Pese a que en 2009 se estableció un marco normativo para la Unión Europea en el que se prohíbe la comercialización de productos provenientes de las focas, la realidad es que esta caza ilegal no ha cesado, lo que se comprueba en su población cada vez más empequeñecida.

Su conservación, al ser animales que no se reproducen mucho en cautiverio, es precisamente a través de marcos normativos como el que hemos señalado anteriormente, pero para que funcionen hace falta la concientización social para cumplir con los acuerdos.

Por otro lado, existe otro proyecto de conservación bajo la Dirección General de Conservación de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente y la Viceconsejería de Medio Ambiente de Canarias, que pretende recuperar las poblaciones de la foca monje mediante la reintroducción de ejemplares a sus hábitats tradicionales.

En cuanto a los esfuerzos multinacionales, también está el Plan de Acción Internacional para la Recuperación de la Foca Monje en el Atlántico Oriental, dentro del Convenio Especies Migratorias o Convenio de Bonn, que busca reestablecer un corredor ecológico con suficiente capacidad biológica que les brinde protección.

• Pueden estar hasta 7 minutos debajo del agua, buscando comida.
• Quedan unos 600 ejemplares en todo el mundo.
• Nacen en cuevas marinas.
• Bucean hasta 230 pies (unos 70 metros) de profundidad en el mar.
• Es una de las especies más amenazadas a nivel mundial.

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