Estrellas fugaces: qué son, formación y cómo verlas

Las estrellas fugaces son fenómenos astronómicos que ocurren cuando un pequeño fragmento de material cósmico, llamado meteoroide, entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad y se calienta por la fricción con la atmósfera, sufriendo un proceso de sublimación (paso de estado sólido a gaseoso sin pasar por estado líquido) y produciendo un intenso destello de luz en el proceso. Generalmente, estos meteoroides son diminutas partículas de polvo o fragmentos de hielo o roca de muy reducido tamaño.

A pesar de su nombre, en realidad las estrellas fugaces no son estrellas ni tienen relación con las estrellas reales, que son enormes esferas de gas que emiten luz y calor por las reacciones nucleares en su interior.

Cuando un meteoroide entra en la atmósfera, se calienta a temperaturas muy altas debido al rozamiento con la propia atmósfera, alcanzando hasta 15.000 ºC, y se desintegra en una nube de gas y polvo. Ese proceso desprende una gran cantidad de energía, una parte de la cual se manifiesta en forma de energía lumínica.

A su vez, ese calor provoca que el aire alrededor del meteoroide se ionice, dando lugar a iones que interaccionan con los iones del meteoroide generándose así una nube luminosa que percibimos como un rastro brillante en el cielo nocturno.

La combinación de estos dos procesos es lo que da lugar al destello que conocemos como estrella fugaz, siendo el rastro de luz muy brillante, y no el fragmento que entra en la atmósfera, lo que podemos ver cuando observamos una.

La ionización de la atmósfera es un fenómeno natural que también puede causar otras formas de luz, como las auroras boreales y las auroras australes, las cuales se producen cuando los iones de los vientos solares interactúan con los iones de la atmósfera terrestre.

Una lluvia de estrellas es un evento astronómico que ocurre cuando la Tierra atraviesa una zona del espacio donde hay una gran cantidad de partículas de polvo y rocas que, generalmente, se desprenden de cometas o asteroides.

En estas circunstancias, los múltiples meteoroides comienzan a entrar en la atmósfera terrestre, generando destellos luminosos, como ya hemos explicado en el apartado anterior, y dando lugar al fenómeno que conocemos como lluvia de estrellas, que no es más que un conjunto de meteoroides desintegrándose al atravesar nuestra atmósfera.

Algunas lluvias de estrellas son más intensas que otras, dependiendo de la densidad y el tamaño de los meteoroides, y se pueden observar en diferentes épocas del año, según la posición de la Tierra respecto al origen de los meteoroides.

Tradicionalmente, se ha nombrado a las lluvias de estrellas atendiendo al punto del cielo del que aparentemente provienen las estrellas fugaces que la conforman. Ese punto en el que parecen converger la mayoría de los destellos es lo que se denomina radiante, y cada lluvia de estrellas tiene el suyo propio. De este modo, la gran lluvia de estrellas observable durante el mes de agosto, cuyo radiante coincide con la constelación de Perseo, es la lluvia de estrellas de las Perseidas; la que tiene lugar a mediados de noviembre, cuyos meteoros parecen venir de la constelación de Leo son las Leónidas, y la que sucede en la primera mitad de diciembre, aparentemente proviniendo de la constelación de Géminis se conoce como lluvia de las Gemínidas.

Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo son una lluvia de meteoros espectacular que se produce cada año entre julio y agosto, cuando la Tierra atraviesa la nube de polvo que deja el cometa Swift-Tuttle en su órbita alrededor del Sol. Estas partículas de polvo, del tamaño de granos de arena, entran en la atmósfera terrestre a gran velocidad produciendo destellos luminosos que se conocen como estrellas fugaces.

La mejor noche para observar las Perseidas es la del 12 al 13 de agosto, cuando se puede llegar a ver hasta un centenar de meteoros por hora si las condiciones son óptimas, lo que convierte a este evento en una de las lluvias de meteoros más populares del año, que además es visible desde todo el mundo.

El nombre de Perseidas proviene del hecho de que el punto del cielo desde donde parecen salir los meteoros está situado en la constelación de Perseo, mientras que el de Lágrimas de San Lorenzo se atribuye a la coincidencia con la festividad de este santo cristiano el 10 de agosto, que según la tradición derramó sus lágrimas al ser martirizado en una parrilla.

Para poder observar estrellas fugaces apropiadamente es importante tener en cuenta varios factores:

Conocer la fecha de una lluvia de estrellas

Aunque en todas las noches del año entran diminutos meteoroides en nuestra atmósfera capaces de dar lugar a estrellas fugaces, las lluvias de estrellas tienen lugar en noches concretas. Pero por suerte estas se repiten cada año. Por ello, lo primero y más importante es conocer la fecha en la que tiene lugar alguna lluvia de estrellas. Estas son las fechas de mayor actividad de las principales lluvias de estrellas del año:

• Cuadrántidas: 3 de enero.
• Líridas: 22 de abril.
• Eta Acuáridas: 6 de mayo.
• Perseidas: 12 de agosto.
• Oriónidas: 21 de octubre.
• Leónidas: 17 de noviembre.
• Gemínidas: 13 de diciembre.
• Úrsidas: 23 de diciembre.

Evitar la contaminación lumínica

La contaminación lumínica juega en nuestra contra si queremos observar el cielo nocturno. Para evitarla, podemos hacer uso de mapas de contaminación lumínica, que nos permiten escoger zonas en donde este tipo de contaminación tiene menos presencia. Hoy en día es muy frecuente contar con estos mapas en formato digital, siendo también de esta forma más accesibles.

Aquí puedes leer acerca de la Contaminación lumínica: qué es, causas, consecuencias y cómo evitarla.

Escoger noches despejadas

Aunque no podemos hacer nada para que el cielo se despeje, es importante tener en cuenta el estado de las nubes antes de hacer una salida para observar estrellas fugaces. Utilizar el pronóstico general del tiempo o webs especializadas en la observación astronómica puede ser muy útil para conocer las condiciones atmosféricas.

Ahora que ya conoces mejor qué son las estrellas fugaces, su formación y cómo verlas, es bueno aclarar que es un meteoroide, un meteoro y un meteorito. Son tres términos que se refieren a diferentes estados de un mismo objeto astronómico, la diferencia entre estos tres conceptos radica en su ubicación: el meteoroide está en el espacio, el meteoro en la atmósfera y el meteorito en la superficie terrestre.

• Un meteoroide es un fragmento de roca o hielo que se encuentra fuera del planeta, en el espacio, y proviene de asteroides o cometas.
• Un meteoro es el fenómeno luminoso que se produce cuando el meteoroide entra en contacto con la atmósfera terrestre y se ioniza el aire a su alrededor, y que comúnmente denominamos estrella fugaz, tal y como ya hemos explicado en este artículo.
• Un meteorito es el resto del meteoroide que logra atravesar la atmósfera y llegar a la superficie terrestre.

Generalmente, se denomina meteorito a cualquier roca o fragmento de ella que provenga del espacio, independientemente de su situación y estado, lo cual es en realidad un error. Recuerda que en el espacio hay exactamente 0 meteoritos.

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