Avispa alfarera

Su nombre haca referencia a la forma en que se construye el nido de la avispa alfarera, pues fabrican en su boca una mezcla de tierra y agua para formar barro, que utilizan para moldear nidos en forma de vasija. Otra fórmula que usan para el barro son plantas masticadas con agua para formar una pasta similar.

Físicamente, podemos distinguir características físicas como su angosto tórax, y alas pardas plegadas longitudinalmente cuando están en reposo. En zonas templadas el cuerpo es negro con marcas amarillas, rojizas o naranjas, mientras que en zonas tropicales tienden a ser negras con destellos metálicos. Por ejemplo, tenemos a avispa alfarera negra Allorhynchium spp, con especies en Australasia e India.

Puede llegar a ser difícil identificar una alfarera por sí sola, pues incluso entre mismos individuos de la misma especie hay enormes variaciones en patrones y colores, por lo que la característica más útil para identificar a una avispa alfarera es su capacidad de hacer nidos de barro.

Existen diferentes especies de abeja alfarera, pero todas pertenecen a la familia Eumeninae. Las más populares pertenecen al género Eumenes spp. que tiene distribución cosmopolita por todo el mundo.

Pueden encontrarse avispas alfareras en todo el mundo, con especies particulares para cada región. Algunas se restringen a su hábitat, pero otras han llegado a colonizar nuevos espacios. Tal es el caso de la avispa alfarera en Argentina de nombre Sceliphron curvatum, nativa de Asia. También se ha encontrado a esta avispa alfarera en España, causando estragos a la biodiversidad nativa, especialmente a arañas.

Todavía existen muchas especies de alfareras nuevas y sin catalogar, como es muestra la Hypodynerus anae que es una avispa alfarera en Chile descubierta apenas en el 2011^[1].

La avispa alfarera es polinizadora y se alimenta de néctar floral, siendo este servicio medioambiental uno de los beneficios de la avispa alfarera para el ecosistema.

Cuando se trata de alimentar a sus crías, las hembras son depredadoras activas y cazan insectos como orugas y arañas para dárselas a su descendencia. Primero las paraliza, y después las guarda. En este momento, las adultas se catalogan como provisionadoras masivas, que significa que colectan todo el alimento que pueden en su nido antes de poner huevos para poder sostener a sus crías. Una vez que nace la larva de avispa alfarera, tendrá disponible su alimento aún vivo en su celda sin tener que moverse.

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Son de comportamiento solitario y no forman colonias, por lo que tienen que llevar a cabo todas sus actividades vitales por sí mismas, como es recolectar el alimento, construir el nido o defenderse.

No son propiamente agresivas, y solamente atacarán si se molesta a su nido o si se les toca directamente. La picadura de la avispa alfarera no es venenosa, pero sí generará dolor localizado e inflamación. Esta puede tratarse en casa retirando el aguijón, lavando con agua y jabón, y aplicando hielo. Puedes tomar un antihistamínico para reducir los efectos. Si el individuo es alérgico a las avispas, debe acudirse a una clínica de salud de inmediato.

Como parte de su ciclo reproductivo, la avispa alfarera pasa por una serie de fases bien definidas, desde el huevo hasta el estado adulto. Estas son:

• Huevo: los huevos de avispa alfarera se colocan de forma individual, pues las hembras solamente ponen un huevo por nido. Eso sí, pueden construir múltiples nidos, pero estos no son coloniales sino individuales.
• Larva: cuando emerge del huevo, es la fase que se alimenta activamente. Carece de apéndices.
• Pupa: este estado se mantiene en reposo, envuelto en una crisálida y no se alimenta. Usa toda la energía obtenida del alimento para continuar el desarrollo a adulto.
• Adulto: es la fase que ya tiene apéndices y alas completas.

Actualmente, no existen registros en la Lista Roja de Especies Amenazadas que incluyan a alguna especie de avispa alfarera, pero esto no significa que estén libres de amenazas. La primera de ellas es el uso de insecticidas o pesticidas en campos de cultivo y jardines, afectando a la presencia de las avispas. Relacionado con ello, muchas personas les temen y las ahuyentan, pero recordemos que son beneficiosas para el entorno, y debemos tolerarlas dentro de lo posible.

• Son utilizadas para controlar plagas, gracias a su alimentación depredadora. A este tipo de estrategia se le conoce como control biológico y puede aplicarse en cultivos de producción agrícola, o incluso en jardines.
• Se cree que los nativos americanos se basaron en los nidos de las abejas alfareras para diseñar sus vasijas de barro.
• Para construir sus nidos, pueden apoyarse de recovecos hechos por el hombre, incluyendo hoyos hechos por taladros, quiebres en el concreto, o en estructuras naturales como ramitas, troncos o en nidos de otros organismos. Con ayuda de su barro, reconstruyen el espacio para hacerlo más apto como nido.

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