¿Las plantas sienten dolor?

Para responder a esta pregunta primero debemos considerar que el dolor es una experiencia interna, con las esferas sensorial y emocional involucradas en la percepción. Por ser interna, no podemos saber exactamente cómo está sintiendo otro humano, ni tampoco otras formas de vida como animales ni plantas. Es una experiencia subjetiva, y solamente podemos deducir qué nivel de dolor siente otro por lo que ellos comparten con nosotros o bien, por el análisis comparativo de la fisiología.

Es sabido que el dolor se percibe en el sistema nervioso central, así que partiendo de esto podemos adentrarnos en el tema. Las plantas carecen de un sistema nervioso parecido al nuestro que les permita sentir dolor. Tampoco tienen sentidos con los que puedan percibir el exterior, ni cerebro que interprete la información.

Sin embargo, con el avance de la ciencia y la implementación del pensamiento lateral se ha podido avanzar hacia nuevos horizontes que antes no eran explorados. Las plantas se están estudiando mucho más, e incluso existe un Laboratorio de Inteligencia Mínima, en la Universidad de Murcia, que estudia la inteligencia de las plantas, algo que en el pasado se descartaba por completo. Podemos afirmar que las plantas no sienten dolor igual a nosotros, pero esto no descarta que tengan una forma similar de percibir daños del exterior para poder defenderse.

Aunque las plantas no sienten dolor como tal, sí tienen capacidad de responder ante ciertos estímulos que son dañinos para ellas. Como son seres vivos, necesitan de un sistema que les permita defenderse del entorno, lo que involucra indirectamente la capacidad de percibir tales daños.

Existen numerosos estudios que han demostrado que sí existen sistemas de percepción de daño en plantas. Por ejemplo, algunas plantas pueden percibir que las orugas están comiéndoselas, ante lo que liberan sustancias químicas de defensa para detenerlas.

Otro estudio hizo cortes en una planta de tabaco y en otra de jitomate, a las que se les colocó un micrófono a diez centímetros de distancia para detectar sus respuestas. El resultado fue un sonido ultrasónico de 20 a 100 kHz por hora. Estos sonidos no son perceptibles para el oído humano, pero sí son emitidos. Se probó lo mismo, pero disminuyendo el riego, y se observó que la planta de tabaco emitía sonidos más altos con la falta de riego que con los cortes. Las plantas sin daño infringido emitieron menos de un sonido ultrasónico por hora. Los investigadores sugieren que emiten estos sonidos ultrasónicos para alertar a plantas vecinas de la amenaza que podría afectarlas también. Además, se demostró que, según el grado de daño la respuesta era diferente.

En términos generales dentro del mundo vegetal, se ha determinado que cuando las plantas se enfrentan a un estímulo ocurre dentro de ellas un cambio en señales eléctricas que responden a él. Cuando el estímulo no es dañino se producen señales eléctricas llamadas potencial de acción, pero cuando sí son catastróficas, es decir que las plantas en la célula se dañan hidráulica o químicamente, se generan señales llamadas potencial de variación. Al haber una respuesta, se puede decir que las plantas tienen algo parecido al dolor. Esto se entiende mejor si comprendemos que el dolor en nosotros tiene la finalidad de responder ante un daño externo.

Tales investigaciones no solamente explican que las plantas tienen cierto sentido del dolor, sino que además sientan precedentes para que agricultores y jardineros cuiden mejor a sus plantas y cultivos.

Aunque las plantas no sientan dolor, sí sienten estrés. Este se define en biología como la respuesta de un organismo a condiciones ambientales adversas. En el caso de la planta, pueden sufrir estrés hídrico cuando tienen muy poca humedad, estrés térmico cuando la temperatura está demasiada alta o muy baja, estrés por salinidad alta, entre otros factores irregulares que afectan a la planta.

Tenemos el ejemplo del olor a pasto cortado. El característico aroma es un indicativo de estrés, que sirve para “pedir” a quien está podando el pasto que paren. Además, estas sustancias que se liberan ante los cortes sirven como antibacterianos contra infecciones, atraer depredadores de quien inflige el daño y repeler insectos dañinos.

Ahora bien, cabe aclarar que este estrés en plantas no es igual que el estrés que sentimos nosotros, porque no involucra el factor psicológico que en nosotros sí sucede. Podemos concluir que el estrés que sufre la planta sería lo más equivalente a lo que entendemos por dolor.

Ya conoces mejor la respuesta a si las plantas sienten dolor o no, por lo que ahora te recomendamos leer estos otros artículos de BIOenciclopedia sobre las Partes de una planta y la Transpiración de las plantas: qué es y proceso.

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