Nutracéuticos: qué son y beneficios

Los nutracéuticos, también llamados biocéuticos, son productos que se obtienen de fuentes alimentarias naturales y que pueden tener efectos beneficiosos para la salud, más allá del valor nutricional básico que pueden tener todos los alimentos. No obstante, la base científica de calidad acerca de sus efectos beneficiosos es considerada todavía escasa, por lo que no conviene su uso sustitutivo de fármacos con más estudios y respaldo científico ni sin la orientación de un médico o profesional de la salud certificado.

Estos productos contienen sustancias bioactivas, aunque también es frecuente llamar nutracéuticos a esas sustancias bioactivas, que pueden ayudar al correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, por lo que, según los defensores de los nutracéuticos, ayudarían también a prevenir o mitigar síntomas de diversas enfermedades, como el cáncer, la aterosclerosis, la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares o las neurodegenerativas.

El consumo de nutracéuticos está asociado a una serie de indicadores del estado de salud de las personas, sobre los cuales los componentes de los nutracéuticos podrían tener efectos positivos. Algunos ejemplos de estos indicadores de salud son hiperglucemia, obesidad, hipertensión, mala visión, mala memoria, osteoporosis, desorden del sueño y sarcopenia.

Los nutracéuticos se pueden clasificar en tres categorías principales: nutrientes, herbales y suplementos dietéticos.

• Los nutrientes son sustancias que tienen funciones nutricionales establecidas, como las vitaminas, los minerales, los aminoácidos y los ácidos grasos.
• Los herbales son productos derivados de plantas o partes de ellas que se procesan en forma de concentrados o extractos.
• Los suplementos dietéticos son productos que provienen de otras fuentes no alimentarias, como el piruvato, el condroitín sulfato o la hormona precursora de tiroides.

Esta es solo una de las posibles clasificaciones dadas para los nutracéuticos, pues al tratarse de una industria poco unificada a día de hoy, su clasificación, efectos beneficiosos y características pueden definirse de diversas formas. Además, los formatos en que los nutracéuticos se presentan son muy diversos, como píldoras, cápsulas, viales o polvos.

Según el marco legal de cada país, los nutracéuticos pueden ser clasificados de múltiples formas. Algunos ejemplos son:

• Alimentos funcionales: se trata de alimentos que han sido enriquecidos en su proceso de producción con algún componente que puede tener un efecto beneficioso específico en quien lo toma. Como ejemplos de alimentos funcionales podemos encontrar la leche enriquecida con calcio o los yogures enriquecidos con proteínas.
• Complementos dietéticos: en este caso son productos tomados por vía oral, no necesariamente con el aspecto de un alimento tradicional, sino frecuentemente en forma de polvos o cápsulas, cuya función es complementar la dieta de la persona que lo toma para alcanzar y mantener una ingesta completa de nutrientes o componentes de interés dietético.

A pesar de la falta de consenso de la comunidad científica, a los nutracéuticos se les atribuyen diversas propiedades y efectos sobre la salud, como poder antioxidante, antineoplásico, control del colesterol, vasodilatador, neurotransmisor, antiinflamatorio o antialérgico. Sin embargo, estos no sustituyen a una dieta saludable ni al ejercicio físico. Tomar estos complementos alimentarios puede ayudarnos a mejorar nuestra salud, bienestar general y aspecto.

Algunos de los beneficios atribuidos a los nutracéuticos son:

• Mejoran la calidad de vida de sus consumidores, al aportar nutrientes esenciales, vitaminas, minerales y sustancias bioactivas que pueden mejorar el funcionamiento de diversos sistemas y órganos.
• Son de origen natural y conservan sus propiedades biológicas activas, lo que los hace más seguros y compatibles con el organismo que los fármacos sintéticos.
• Actúan positivamente en las actividades fisiológicas del organismo, como la intestinal, la cardiovascular, la inmunológica, la hormonal, la nerviosa y la antioxidante, entre otras.
• Previenen y tratan enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes, la obesidad, la hipertensión arterial, el colesterol alto, el cáncer, el Alzheimer y la osteoporosis, entre otras.
• Mejoran el rendimiento fisiológico, al aumentar la energía, la resistencia, la concentración, la memoria y el estado de ánimo.

• Semillas de chía: son ricas en ácido alfa-linolénico, un tipo de ácido graso omega-3 que tiene efectos antiinflamatorios y cardioprotectores. También aportan fibra, proteínas, calcio y antioxidantes.
• Probióticos: son microorganismos vivos que, al ingerirse en cantidades adecuadas, pueden mejorar el equilibrio de la flora intestinal y favorecer la digestión, la inmunidad y la prevención de infecciones.
• Resveratrol: es un compuesto polifenólico que se encuentra en el vino tinto, las uvas, los arándanos y otros alimentos. Se le atribuyen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antienvejecimiento y anticancerígenas.
• Curcumina: es el principal componente activo de la cúrcuma, una especia muy utilizada en la cocina india. Tiene efectos antiinflamatorios, antioxidantes, neuroprotectores y antidiabéticos.
• Glucosamina: es un aminoazúcar que se encuentra en el cartílago articular y que se utiliza como suplemento para el tratamiento de la osteoartritis. Ayuda a reducir el dolor, la inflamación y el deterioro del cartílago.
• Coenzima Q10: es una molécula que participa en la producción de energía celular y que tiene funciones antioxidantes. Se emplea como complemento para mejorar el rendimiento físico, la salud cardiovascular y la prevención de enfermedades neurodegenerativas.
• Omega-3: son ácidos grasos esenciales que se encuentran en el pescado azul, las nueces, las semillas de lino y otros alimentos. Tienen efectos beneficiosos para el cerebro, el corazón, la piel y el sistema inmunitario.
• Vitamina D: es una vitamina de tipo liposoluble y que podemos sintetizar en la piel gracias a la acción de los rayos solares. Es fundamental para la absorción del calcio y el fósforo y para la salud ósea. También tiene funciones inmunomoduladoras y anticancerígenas.
• Colágeno: se trata de una proteína que conforma los tejidos conectivos, como la piel, los huesos, los tendones y los ligamentos. Su ingesta puede mejorar la elasticidad de la piel, la salud articular y la cicatrización de heridas.
• Melatonina: es una hormona que se produce en la glándula pineal y que regula el ciclo sueño-vigilia. Su administración exógena puede ayudar a mejorar la calidad del sueño, el jet lag, el estrés oxidativo y el envejecimiento.
• Ajo: es un alimento con propiedades antibacterianas, antifúngicas, antivirales e hipolipemiantes. Contiene alicina, un compuesto sulfurado que le confiere su olor característico y que tiene efectos beneficiosos para la presión arterial, el colesterol y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
• Ginseng: es una planta medicinal originaria de Asia que tiene efectos adaptógenos, es decir, que ayuda al organismo a adaptarse al estrés físico o mental. También tiene propiedades estimulantes, inmunomoduladoras, antidiabéticas y antioxidantes.
• Té verde: es una bebida obtenida de las hojas de Camelliasinensis que contiene polifenoles como las catequinas y la cafeína. Tiene efectos termogénicos, diuréticos, antioxidantes y anticancerígenos.
• Arándano rojo: es una fruta rica en proantocianidinas, unos compuestos que impiden la adhesión de las bacterias a las paredes del tracto urinario. Se utiliza como prevención y tratamiento de las infecciones urinarias.
• Jalea real: es una sustancia que fabrican las abejas obreras para poder alimentar a las larvas y a la abeja reina. Contiene vitaminas, minerales, proteínas y otros compuestos bioactivos. Tiene efectos nutritivos, energizantes, inmunoestimulantes y antienvejecimiento.

Para terminar, ahora que ya conoces qué son los nutracéuticos, te animamos a leer sobre La alimentación humana.

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