Cabra
La cabra doméstica, o simplemente cabra, fue uno de los primeros animales en ser domesticados por el hombre, cuya intención en un principio fue tener acceso fácil a su leche y su carne. Se ha encontrado restos de cabras domésticas que datan de hace unos 10.000 años en varios lugares de Asia. Se cree que este popular animal de granja desciende de la cabra salvaje (Capra aegagrus), una especie muy similar de la que se considera separada, aunque algunos autores la tratan como una subespecie de esta. Descubre más sobre las características de la cabra, su hábitat y alimentación en el siguiente artículo de BIOenciclopedia.
Características de la cabra o Capra hircus
Existen alrededor de 200 razas de la cabra doméstica, que tienen características diferentes entre sí. Algunas son más grandes que otras, o el color del pelaje es distinto. El rango del peso es de 20 a 140 kilogramos, pero en general pesan alrededor de 45 kilos. ¡Algunas incluso registran unos 9 kilos!
Algunas de las características de las cabras son:
- Su altura oscila: pueden medir alrededor de los 64 centímetros y la longitud de su cuerpo es de 115 a 170 centímetros. Las hembras se diferencian de los machos porque son más pequeñas.
- Los machos poseen 2 cuernos: son huecos y de tamaños y formas variados, aunque algunos granjeros los retiran después poco después del nacimiento para evitar lesiones entre ellos.
- Los machos poseen pelaje a modo de barba: al igual que las hembras, pero solo ellos despiden en un olor penetrante que puede resultar desagradable debido a la presencia de unas glándulas sexuales localizadas alrededor de la base de los cuernos.
- El pelaje de las cabras es variado: puede ser rizado, ligeramente liso, corto, largo, sedoso, espeso, etcétera.
- La gama de colores es amplia: algunos muestran un solo color marrón, rojo-marrón, blanco, negro o beige, pero muchos otros exhiben más de un solo color o patrones de manchas o franjas.
Hábitat de la cabra
Aunque la cabra doméstica desciende la cabra salvaje, una especie nativa de Asia Central, en la actualidad está presente en todo el mundo, incluidas islas pequeñas. No obstante, algunas razas se crían en partes específicas, como la Abaza, que se mantiene principalmente en Turquía, o la Argentata dell’Etna, criada en los alrededores del monte Etna en Italia.
Algunas poblaciones salvajes viven en ciertas islas del mundo, entre las que se encuentra Hawái. Gracias a su domesticación se adapta a multitud de hábitats terrestres, pero requiere pastos para ganadería. Los únicos en donde no prospera son las tundras, los desiertos y claro, los hábitats acuáticos. Puede permanecer en zonas secas, con la condición de que los humanos la alimenten. También necesita un sitio lo suficientemente amplio como para poder pastar y moverse libremente.
Alimentación de la cabra
La cabra doméstica es rumiante y utiliza sus labios para sujetar su comida e introducirla en su boca. Es esencialmente herbívora al consumir hierbas y plantas leñosas como los arbustos. Se dice popularmente que puede comer casi cualquier cosa, hasta materiales no comestibles como el cartón, pero es más mito que realidad.
Eso sí, come plantas que otros animales domésticos evaden, como las hierbas aromáticas. Muestra preferencia por las gramíneas y evita aquellas que están contaminadas con heces fecales. Las cabras de granjas son alimentadas con forraje durante todo el año, y en ciertas temporadas se les saca a pastar.
Comportamiento de la cabra o Capra hircus
Capra hircus, a pesar de no agruparse en manadas como otros mamíferos, necesita convivir en grupos de 2 o más cabras puesto que es un animal social. Generalmente se le mantiene en rebaños de tamaños dispuestos por los seres humanos, pero por naturaleza se reúnen en rebaños de unos 5-20 o hasta 100 integrantes, que pueden ser solo masculinos, solo femeninos con crías o mixtos.
A pesar de su condición sedentaria, este animal es muy curioso y gusta de escalar estructuras y hasta árboles. Realiza sus actividades principales durante el día y acostumbra descansar durante la noche.
Reproducción de las cabras
Los hábitos de reproducción de la cabra doméstica dependen de la raza y de las necesidades de los seres humanos, que acostumbran designar uno o más machos que engendran las crías del rebaño. Las hembras pueden aparearse con los machos o ser inseminadas artificialmente.
El período de gestación es de aproximadamente 150 días, y las hembras frecuentemente dan a luz 2 o 3 crías, aunque pueden ser hasta 6 pequeños. Pocas horas después del nacimiento tienen la fuerza necesaria para sostenerse en pie y seguir a su madre. Por naturaleza, la cabra salvaje macho atrae a la hembra por medio del aroma despedido por sus glándulas de olor, y puede pelear con otros machos por una compañera.
Amenazas y estado de conservación de la cabra
No hay riesgo de extinción para la cabra doméstica, pero no está exenta de peligros. Dado que está domesticada y no acostumbra defenderse de otros animales, es muy susceptible a la depredación de carnívoros como los coyotes, los pumas, los zorros rojos, las águilas calvas y hasta los perros domésticos, que saltan las vallas de las granjas para alimentarse de ellas, tanto crías como adultas. Si vive fuera de granjas o se pierde fuera de ellas, corre el riesgo de sufrir accidentes en las carreteras o en las ciudades.
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